Con la vuelta de septiembre nos hemos hecho propósitos de muchos tipos: hacer dieta, hacer ejercicio, empezar un curso, dejar de fumar…; sin embargo, en unas semanas la mayor parte de los mismos ya se han desvanecido o los hemos dejado a medias y nos decimos cosas como “esto no era realmente importante” o “es mejor que empiece cuando no haga tanto calor”. Nos falla la voluntad

La voluntad es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta. La intención, el ánimo o la resolución de hacer algo. Es la potencia del motor del ser humano que nos mueve a hacer o no aquellos retos que nos proponemos.

“A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad”  Víctor Hugo

¿Por qué nos falla la voluntad?

Nos convencemos de que algo es difícil, complicado o doloroso de realizar y, en consecuencia, buscamos escusas para no realizarlo. Esto puede ser debido a:

  • Unas expectativas distorsionadas (demasiado altas o demasiado bajas) sobre la fuerza de voluntad que tenemos.
  • Una baja tolerancia a la frustración.
  • Unas creencias negativas muy arraigadas de que no podemos hacer determinadas cosas.
  • No fijarnos en nuestro contexto social y no valorar de forma realista nuestras circunstancias (familia, economía, hijos), analizando si éstas pueden ser de ayuda o, por el contrario, obstáculos que tenemos que tener en cuenta.
  • Un exceso de autocontrol y de autocrítica que no permite la tolerancia al error.

Algunas preguntas que te pueden ayudar a conocer por qué te falta la fuerza de voluntad son las siguientes:

  • ¿Es algo que realmente deseo?
  • ¿Vale la pena el esfuerzo?
  • ¿Cuál es el coste/ beneficio de realizarlo?
  • ¿Sé cómo hacerlo? ¿Qué necesito para llevarlo a cabo?

¿Cómo fortalecer la voluntad?

La voluntad es como un músculo que tenemos que entrenar. El músculo necesita ejercicio y constancia para fortalecerse. Ejercitar la voluntad es una carrera de fondo. Estas son algunas pautas para aumentar tu fuerza de voluntad:

  1. Márcate un objetivo claro de aquello que quieres conseguir. Sé realista. No hay atajos
  2. Divide el objetivo en pequeñas acciones que vas a realizar, indicando cuándo, cómo, dónde y con quién lo vas a hacer. Empieza hoy mismo con la primera.
  3. No trates de hacer demasiadas cosas a la vez. Empieza por una acción y ve aumentando de forma progresiva las demás.
  4. Se compasivo contigo mismo. Acepta que puedes fallar y tener momentos de debilidad. No te culpes ni autocastigues, pero tampoco seas autoindulgente.
  5. Celebra tus logros

Recuerda ante todo que el esfuerzo tiene que estar motivado. Sin una motivación clara es difícil el esfuerzo. Sin una causa, sin un para qué la fuerza voluntad carece de sentido.

Busca el sentido a todo aquello que te propongas.

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