Una de nuestras necesidades como seres humanos es la necesidad de pertenencia.

Cuando hablamos de necesidad de pertenencia hacemos referencia a aquel interés por formar parte de un grupo (clase, comunidad, institución, etc.). 

Los seres humanos hemos evolucionado como una especie social que siempre ha necesitado de la familia o la manada para sobrevivir. Sentirnos aislados nos produce un profundo miedo. Gestionar la conexión social es vital para nuestra supervivencia, porque aún dependemos de la familia y de la tribu, de los amigos y de los seres queridos para nuestro bienestar.

Abraham Maslow, psicólogo humanista, habló de que el ser humano debe satisfacer ciertas necesidades para poder alcanzar la autorrealización. Aquello que entendemos como pirámide de Maslow es la jerarquización de nuestras necesidades, ordenadas en base a nuestro bienestar. Conforme satisfacemos las necesidades más básicas, aspiramos a otras más complejas. La necesidad de pertenencia es la tercera en la jerarquía de Maslow.

Después de nuestras necesidades biológicas y de seguridad, es la necesidad de pertenencia la que nos sostiene en el camino de nuestra autorrealización. Sin embargo,

Muchas veces no pertenecemos a los grupos, sino que encajamos en ellos.

¿Es lo mismo pertenecer que encajar?

Estas son, para mí, algunas diferencias:

Cuando queremos encajar en un grupo lo hacemos desde la debilidad, el poder lo tienen los demás. Evaluamos el grupo y nos preguntamos ¿Quién tengo que ser? ¿Qué tengo que decir? ¿Qué voy a llevar? ¿Cómo voy a actuar? Necesitamos sentir que les gustamos, que les importamos, que somos el chico/a de moda.

Encajamos desde el miedo a estar solos y el grupo nos ofrece no estar solos. Muchas veces nos traicionamos a nosotros mismos para evitar la soledad y, paradójicamente, acabamos sintiéndonos todavía más solos.

El esfuerzo por encajar va acompañado de sentimientos como el temor, la resignación, la desilusión o la humillación. Y estas emociones están sostenidas por pensamientos como “tengo que aguantar”, “prefiero esto que estar sola”, “no soy suficiente”, etc.

Sin embargo, pertenecer a un grupo nos permite ser quienes somos, ser genuinos, ser coherentes con nuestros valores. El poder sobre nosotros mismos lo tenemos nosotros y esto nos hace ser parte, útil, activa y fundamental del grupo.

Cuando sentimos que pertenecemos a un determinado grupo nuestros sentimientos son de ilusión, placer, esperanza, confianza y satisfacción entre otros y nuestro lenguaje se llena de palabras como gratitud, entusiasmo y admiración.

Para pertenecer en los distintos grupos en los que convivimos primero tenemos que ser conscientes de que nos pertenecemos a nosotros mismos.

¿Cómo sentir que nos pertenecemos a nosotros mismos?

  1. Conociendo nuestras necesidades físicas, emocionales, intelectuales y espirituales, nuestro lenguaje y nuestro comportamiento y buscando la coherencia entre ellos.
  2. Aprender a estar solos: tener espacios y tiempo de silencio, de escucha y realizar actividades en soledad (leer, pintar, escribir, cantar, pasear…)
  3. Abrazar nuestra vulnerabilidad. Reconocer nuestras imperfecciones, nuestros miedos, nuestras contradicciones y aprender a aceptarlas e integrarlas en aquello que somos.
  4. Observar cuáles son nuestros valores y qué tipo de relaciones queremos desde los mismos ¿respeto? ¿diversión? ¿amistad? ¿igualdad?

Este camino tiene un coste elevado, requiere coraje e incomodidad, aunque tiene una gran recompensa: elegir estar donde queremos estar y con quien queremos estar.

Pertenecer, y no encajar, requiere la valentía de no traicionarnos a nosotros mismos.

Feliz día

Inma Marco. Coach

4 comentarios. Dejar nuevo

  • Gerardo Romero
    25 marzo, 2022 11:02 am

    Excelente artículo Inma.
    Encajar, lo hacemos viviendo desde el miedo y pertenecer, lo hacemos viviendo desde el amor.
    Muchas gracias por compartirlo.
    Un abrazo.

    Responder
    • Muchas gracias Gerardo,
      Por leerlo y por tu aportación.
      Aprovecho para darte la enhorabuena por tus directos.
      Estoy buscando momentos para poder coincidir y seguirte.
      Un abrazo

      Responder
  • Gina Rodríguez
    25 marzo, 2022 6:56 pm

    Muchas gracias, Inma. Tienes razón, no es lo mismo encajar que pertenecer. El lenguaje nunca es inocente y lo que decimos tiene implicaciones en la forma de ver el mundo. Retomemos donde sí pertenecemos, cuestionemos el porqué buscamos encajar y dónde. Te abrazo.

    Responder

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