Las personas somos responsables del lugar desde el que queremos observar la realidad y el lenguaje nos genera la posibilidad de hacerlo.

Una forma de observar la realidad es a través de las distinciones.

¿Qué son las distinciones?

Las distinciones son palabras que utilizamos en el lenguaje cotidiano, dándoles una determinada interpretación que nos da una visión de la realidad y nos lleva a un determinado tipo de reflexión.

Para la R.A.E. una distinción es la diferencia por la cual una cosa no es otra, o no es semejante a otra.

Por ejemplo, un valenciano suele distinguir la nieve con la palabra “nieve”, un leonés puede distinguir la nieve a través de palabras como “farraspina” “fallusca” o “turbón” y en Laponia, el lenguaje Sami distingue más de 300 palabras relacionadas con la nieve.

En el coaching utilizamos las distinciones con el propósito de buscar otras interpretaciones a las palabras con el objeto de ampliar la mirada y los puntos de vista del observador que somos.

¿Cómo nos ayudan las distinciones?

Por un parte, sólo somos capaces de observar aquello que podemos distinguir o separar en el lenguaje como algo diferente. No podemos distinguir aquello que no conocemos, aquello para lo cual no tenemos una distinción lingüística, aquello, en suma, que no podemos nombrar.

Por otra parte, el aprendizaje de nuevas distinciones nos expande la mirada como observadores y modifica nuestra capacidad de acción.

Ampliar la mirada y hacernos cargo de la nueva realidad eleva nuestro nivel de conciencia y genera nuevas opciones y posibilidades de acción.

Algunas de las distinciones con las que trabajamos en coaching son:

  • Tolerar vs Aceptar
  • Expectativa vs Compromiso
  • Víctima vs Responsable
  • Exigencia vs Excelencia
  • Preocuparse vs Ocuparse

En esta última distinción, Preocuparse vs Ocuparse, por ejemplo, muchas personas entienden que es importante preocuparse por las cosas que les importan.

Sin embargo, al preocuparse por algo dan vueltas a la situación, sienten angustia, anticipan lo que puede suceder, se bloquean y sufren con la experiencia, lo que implica un gasto de energía nada satisfactorio.

Ocuparse significa hacerse cargo de la situación, trabajar en ella y hacer todo lo que depende de uno mismo con confianza y tranquilidad, invirtiendo la energía en generar resultados positivos.

Tomar conciencia de lo que decimos y su significado, incorporar nuevas distinciones y ampliar nuestra mirada como observadores de la realidad nos ayuda a crecer como personas y a generar nuevas posibilidades de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

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